Y no se dio cuenta cuándo, dónde,
ni en qué momento, pero lo notó.
Entonces ya no quedaba nada, ni
soplos, ni respiros.
Él le miraba, sí. Aun le miraba
como siempre y se reía, o al menos esa era su intención.
Mientras veía todo lo que alguna
vez quiso ser verdad desaparecer.
Sin nada más que decir y entre la
cobardía del no querer intentarlo le escribió una nota.
"Me voy de viaje.
Ni muy lejos, ni muy cerca.
Lo suficiente para saber que
estarás bien.
No cariño.
No me olvidaré de escribir…"
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