domingo, 20 de noviembre de 2011

Punto aparte...



Esta es la historia de un punto seguido,
que por vivir tanto tiempo entre ideas semejantes
se fue volviendo absurdo y aburrido.
Su amor, la coma,
quien no paraba de enumerar cosas sin parar
vivía su vida rápido y sin mucho pensar,
pero ahí siempre estaba su punto seguido
para saber cuándo frenarlo y cuando dejarlo continuar.
Con ganas de experimentar, la coma,
un día conoció al punto y coma,
al que aparentemente se parecía dentro de sus normas.
Deslumbrado por sus capacidades,
poco a poco se fue olvidando del punto seguido
y aunque él trató de detenerlo,
se vio sobrepasado por los juegos de palabras que punto y coma podía realizar.
Al estar solo, punto seguido,
sintió pena de sólo poder terminar frases cortas
y no aquellas lúdicas y entretenidas
que formaban junto a su amor, la coma.
Entonces punto seguido empezó a buscar un nuevo compañero,
para que juntos, pudiesen formar párrafos llenos de entretención.
Así fue conociendo nuevos amigos, como
el signo de interrogación, pero era demasiado existencialista. 
O el signo de exclamación, quien era demasiado exagerado.
Y por lo demás ninguno de ellos servía para formar historias
como las que tanto le gustaban.
Nadie lo hacía sentir tan feliz como su amada comita,
quien ahora jugueteaba con punto y coma,
pero no se daban cuenta que sólo podían jugar
y no construir frases completas,
además ese punto siempre estaba encima de la coma.
Cansado de su búsqueda, punto seguido decidió darle un giro a su vida
y transformarse en un punto aparte.
Quiso dejar atrás parte de la historia que estaba contando
y comenzar una nueva etapa,
pero se dio cuenta que,
de una u otra forma
las comas, y los signos
siempre formarían parte de su vida.
Lo quisiera o no
algún día siempre habría una coma
entre sus líneas,
por lo que termino siendo un punto suspensivo,
que representa lo mismo que el punto final,
pero nunca se sabe si la historia va a continuar…


…Colorín colorado

¿Esta historia habrá terminado?

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