jueves, 28 de febrero de 2013

Urbania - Valpoapartado

   A principios de estas vacaciones, un tanto ebrio en mi pieza, se me ocurrió la idea de volver a dibujar, así es, yo hace algunos años atrás hacía comics y dibujaba bastante, de hecho la mayor parte de mi tiempo libre lo dedicaba a eso, tal vez en alguna próxima publicación suba una que otra imagen de esos recuerdos. Volviendo al tema principal, esa noche dibuje un personaje similar a un PUNK, el cual luego con algo de ayuda de fotoshop pinte e instale en un fondo con una fiel imagen de mi querida ciudad, Valparaíso. Sin ser la gran maravilla, el dibujo me gustó tanto que se me ocurrió la idea de escribir un nuevo libro, el cual hasta ahora tendría el nombre tentativo de "Urbania - Valpoapartado", que contaría una serie de relatos, tipo soliloquio vividos en mi ciudad nombrada anteriormente. Cada uno de estos relatos tendría un dibujo que lo acompañe (Por eso la introducción de los dibujos) Dado ciertos inconvenientes y falta de tiempo también, sólo alcance a terminar 4 de estos dibujos y 1 escrito que si bien, no lo escribí pensando en el libro, al finalizarlo me di cuenta que podría calzar muy bien en él. A continuación les dejo el proceso de esos 4 dibujos con sello de agua, ya que no están %100 listos y bueno también el primer soliloquio, el cual aún no tiene nombre…







Fragmento del primer relato tentativo para incluir en el nuevo libro:

      Ese cuerpo y sus caderas, ese pelo y su vaivén. No sé ni siquiera desde que hora estoy aquí sentado, observando, admirando, viéndola salir y bailar una y otra vez. Una mirada, si tan solo me diera una mirada, acabaría con estas locas ganas de abalanzarme sobre su cuerpo agitado y decirle lo que siento.
   Quisiera tocarla o aunque sea solamente rozar esas curvas suaves de esponja hasta volver a sentirme como un niño.
   Desde esta silla metálica su cuerpo se ve suave y delicado. “Otra copa, por favor” Bebo Brandy como desesperado, intentando caer al piso, agonizante. Llévenme al hospital, llamen a mi papá. Pero yo aquí sentado, observando y ella allá sobre el escenario, entre cortinas y bajo luces que le dan brillo a su cara de muñeca de colección. Quiero saber si puedo volver a sentirla mía y yo volver a sentirme suyo, aunque realmente pudiese ser “ella, un mío” y “Yo un siempre suyo”. No entiendo ciertos arquetipos, ni pensé sentir lo que ahora. Carne que es como mi carne y un cuerpo que es como mi propio cuerpo, sabiendo recalcar la delicadeza del quehacer masculino, resaltando lo femenino. Y desde aquí te veo, haciéndome sentir lo que tal vez nuca pensé sentir ante un cuerpo como el tuyo.
   Tiene alrededor de 50 y yo apenas unos 26. La edad jamás lo dice todo, y en estos momentos calla como nunca antes lo hizo. Su nombre Juan José, según su carnet. ¿A quién le importa unas letras impresas? Si yo lo quiero a él aunque se llame Kasandra.  Amor imposible de no amar e imposible de olvidar. Si me dejases estar tan solo un segundo a tu lado, y pudiese penetrar tu verde falso con mis pardo que son tus pardo por generación. Si pudiese arrancar tu rubio platinado, dejando tu negro parqué. Si pudiese quitar tus curvas engüinchadas, dejando tu piel áspera que me hacía olvidar las penas. Si pudieses olvidar tu temor, dejando mi aceptación, tal vez, pudiese ser que me dijeras. ¿Cómo te ha ido hijo de mi corazón?


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